Hécate
Hécate es considerada la Diosa protectora de las brujas.
Su mitología ha variado en el tiempo, y sus orígenes se atribuyen a distintos panteones. Fue La Gran Diosa en la región de Anatoia (Asia menor) y la Diosa de las tierras salvajes y los partos en la Grecia micénica. En Alejandría, posteriormente fue que adquirió su papel de Diosa de la Hechicería y "Reina de los
Fantasmas", es aquí que toma su aspecto triple también.El lugar de origen de su culto es incierto, pero se cree que tuvo numerosos seguidores en Tracia Su santuario más importante estaba en Lagina, una ciudad-estado teocrática en la que la diosa era atendida por eunucos Lagina, donde el famoso templo de Hécate atraía grandes reuniones festivas cada año, quedaba cerca de la colonia originalmente macedonia de estratonicea, ciudad de la que era patrona. En Tracia desempeñó un papel similar al del menor Eermes, es decir, gobernadora de los puntos liminares (tránsitos o umbrales) y de lo salvaje, guardando poco parecido con la vieja paseante nocturna en la que se convirtió. Adicionalmente, esto llevó a su papel como ayudante de las mujeres en los partos y la crianza de los jóvenes.
A medida que su culto se extendió a zonas de Grecia se presentó un problema, dado que el papel de Hécate ya estaba cubierto por otras deidades más prominentes del panteón griego, particularmente Artemisa, y por personajes más arcaicos como Némesis.
Emergen entonces dos versiones de Hécate en la mitología griega. La menos conocida es un claro ejemplo de intento por integrarla sin disminuir a Artemisa. En ella, Hécate es una sacerdotisa mortal comúnmente asociada con Ifigenia, que desdeña e insulta a la diosa, lo que la lleva finalmente a suicidarse. Artemisa adorna entonces el cadáver con joyas y susurra para que su espíritu se eleve y se convierta en la diosa Hécate, que actúa de forma parecida a Némesis como espíritu vengador, pero únicamente para mujeres heridas. Este tipo de mitos en el que una deidad local patrocina o «crea» a una deidad extranjera era popular en las culturas antiguas como forma de integrar sectas extranjeras. Adicionalmente, a medida que la adoración de Hécate crecía, su figura fue incorporada al mito posterior del nacimiento de Zeus como una de las comadronas que escondieron al niño, mientras Crono consumía la roca falsa que le había dado Gea.
Aunque nunca fue incluida entre los Dioses del Olimpo, la compresión moderna de Hécate procede de la cultura helenística sincrética de Alejandría. En los papiros mágicos del Egipto ptolemaico, se le llama la Perra, y su presencia era indicada por los ladridos de los perros. Mantuvo un gran número de seguidores como diosa de la protección y los partos. En la imaginería posterior también tiene dos perros fantasmales como sirvientes a su lado.
En la época moderna Hécate se ha hecho popular en las religiones neopaganas de inspiración feminista y la wicca gracias en gran parte a su asociación como diosa de la hechicería.
http://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%A9cate
Su mitología ha variado en el tiempo, y sus orígenes se atribuyen a distintos panteones. Fue La Gran Diosa en la región de Anatoia (Asia menor) y la Diosa de las tierras salvajes y los partos en la Grecia micénica. En Alejandría, posteriormente fue que adquirió su papel de Diosa de la Hechicería y "Reina de los
Fantasmas", es aquí que toma su aspecto triple también.El lugar de origen de su culto es incierto, pero se cree que tuvo numerosos seguidores en Tracia Su santuario más importante estaba en Lagina, una ciudad-estado teocrática en la que la diosa era atendida por eunucos Lagina, donde el famoso templo de Hécate atraía grandes reuniones festivas cada año, quedaba cerca de la colonia originalmente macedonia de estratonicea, ciudad de la que era patrona. En Tracia desempeñó un papel similar al del menor Eermes, es decir, gobernadora de los puntos liminares (tránsitos o umbrales) y de lo salvaje, guardando poco parecido con la vieja paseante nocturna en la que se convirtió. Adicionalmente, esto llevó a su papel como ayudante de las mujeres en los partos y la crianza de los jóvenes.
A medida que su culto se extendió a zonas de Grecia se presentó un problema, dado que el papel de Hécate ya estaba cubierto por otras deidades más prominentes del panteón griego, particularmente Artemisa, y por personajes más arcaicos como Némesis.
Emergen entonces dos versiones de Hécate en la mitología griega. La menos conocida es un claro ejemplo de intento por integrarla sin disminuir a Artemisa. En ella, Hécate es una sacerdotisa mortal comúnmente asociada con Ifigenia, que desdeña e insulta a la diosa, lo que la lleva finalmente a suicidarse. Artemisa adorna entonces el cadáver con joyas y susurra para que su espíritu se eleve y se convierta en la diosa Hécate, que actúa de forma parecida a Némesis como espíritu vengador, pero únicamente para mujeres heridas. Este tipo de mitos en el que una deidad local patrocina o «crea» a una deidad extranjera era popular en las culturas antiguas como forma de integrar sectas extranjeras. Adicionalmente, a medida que la adoración de Hécate crecía, su figura fue incorporada al mito posterior del nacimiento de Zeus como una de las comadronas que escondieron al niño, mientras Crono consumía la roca falsa que le había dado Gea.
Aunque nunca fue incluida entre los Dioses del Olimpo, la compresión moderna de Hécate procede de la cultura helenística sincrética de Alejandría. En los papiros mágicos del Egipto ptolemaico, se le llama la Perra, y su presencia era indicada por los ladridos de los perros. Mantuvo un gran número de seguidores como diosa de la protección y los partos. En la imaginería posterior también tiene dos perros fantasmales como sirvientes a su lado.
En la época moderna Hécate se ha hecho popular en las religiones neopaganas de inspiración feminista y la wicca gracias en gran parte a su asociación como diosa de la hechicería.
http://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%A9cate
La llama de Hécate
Cada mes podemos honrar a Hécate durante la Luna Negra (nueva).
Materiales: Incienso, vela roja, negra o blanca, aceite de Hécate o de oliva.
Procedimiento: Ungir la vela con el aceite, cargando nuestra intención de que sea una ofrenda para Hécate. Con la vela apagada en las manos decir:
Gran Diosa Oscura de las Encrucijadas,
responde a mi llamada y muéstrate ante nosotros.
Portadora del Fuego Divino,
que iluminas con tu antorcha ardiente,
símbolo de la Sabiduría Interna y Eterna,
ven a saciar nuestra sed de Luz.
Señora de la Oscuridad y el Renacimiento,
a Tí te invoco, en esta noche oscura,
para guiarme en el camino de la vida.
A Tí te llamo oh, Gran Hécate,
para devocionarte y demostrar mi amor por Tí.
Señora de los Misterios,
Madre de la Noche,
agradezco Tu compañía y Tu protección.
A continuación, encender la vela y dejar que arda durante 24 horas. Acompañar el altar con incienso. Tras encender la Llama, meditar unos minutos. También es recomendable prestar atención a los sueños de las noches siguientes.
En caso de tener alguna petición, es el momento de escribirla en un papel y dejarla en un cuenco de agua junto a la Llama y ofrendar aquello que se considere apropiado.
Materiales: Incienso, vela roja, negra o blanca, aceite de Hécate o de oliva.
Procedimiento: Ungir la vela con el aceite, cargando nuestra intención de que sea una ofrenda para Hécate. Con la vela apagada en las manos decir:
Gran Diosa Oscura de las Encrucijadas,
responde a mi llamada y muéstrate ante nosotros.
Portadora del Fuego Divino,
que iluminas con tu antorcha ardiente,
símbolo de la Sabiduría Interna y Eterna,
ven a saciar nuestra sed de Luz.
Señora de la Oscuridad y el Renacimiento,
a Tí te invoco, en esta noche oscura,
para guiarme en el camino de la vida.
A Tí te llamo oh, Gran Hécate,
para devocionarte y demostrar mi amor por Tí.
Señora de los Misterios,
Madre de la Noche,
agradezco Tu compañía y Tu protección.
A continuación, encender la vela y dejar que arda durante 24 horas. Acompañar el altar con incienso. Tras encender la Llama, meditar unos minutos. También es recomendable prestar atención a los sueños de las noches siguientes.
En caso de tener alguna petición, es el momento de escribirla en un papel y dejarla en un cuenco de agua junto a la Llama y ofrendar aquello que se considere apropiado.