Mancias
Desde las civilizaciones más antiguas hasta nuestros días el ser humano ha querido anticipar lo que vendrá. Para ello ha desarrollado toda clase de técnicas predictivas. Algunas de ellas, las avaladas por las ciencias formales, son consideradas exactas y comprobables, como la predicción del clima o los análisis de riesgo a la hora de realizar algún plan de negocios.
Otras, sin embargo, se han desarrollado secretamente durante siglos, y se han resguardado en muchas ocasiones de las miradas incrédulas y curiosas. Quienes practicamos el Arte, generalmente utilizamos alguna o varias de estas herramientas a las cuales se les llama Mancias.
Estas mancias parten fundamentalmente de la observación y de la intuición. Si bien para cada una de ellas existen diccionarios de interpretación, un@ buj@ no solamente se basa en definiciones sino en lo que su herramienta o a quien esté consagrada le "dice".
Una de las principales dificultades para quien se inicia en estas prácticas es justamente romper el esquema del diccionario y apropiarse de los conceptos, de las imágenes, de lo que se observa y de lo que se intuye.
Existen varias mancias con los nombres más extraños y con su propio instructivo.
Al respecto de esto lo único que puedo decir es que la adivinación no implica que el que realiza la práctica va a recibir un informe detallado de lo que va a ocurrir día a día con el consultante. Habitualmente los oráculos son útiles para "ampliar el panorama" pero no deja de ser una herramienta de introspección. Consultarlos implica estar dispuestos a navegar en las profundidades de nosotr@s mism@s para hallar una respuesta o un motivo y para poder comprender en profundidad lo que el oráculo nos comunica.
Otras, sin embargo, se han desarrollado secretamente durante siglos, y se han resguardado en muchas ocasiones de las miradas incrédulas y curiosas. Quienes practicamos el Arte, generalmente utilizamos alguna o varias de estas herramientas a las cuales se les llama Mancias.
Estas mancias parten fundamentalmente de la observación y de la intuición. Si bien para cada una de ellas existen diccionarios de interpretación, un@ buj@ no solamente se basa en definiciones sino en lo que su herramienta o a quien esté consagrada le "dice".
Una de las principales dificultades para quien se inicia en estas prácticas es justamente romper el esquema del diccionario y apropiarse de los conceptos, de las imágenes, de lo que se observa y de lo que se intuye.
Existen varias mancias con los nombres más extraños y con su propio instructivo.
Al respecto de esto lo único que puedo decir es que la adivinación no implica que el que realiza la práctica va a recibir un informe detallado de lo que va a ocurrir día a día con el consultante. Habitualmente los oráculos son útiles para "ampliar el panorama" pero no deja de ser una herramienta de introspección. Consultarlos implica estar dispuestos a navegar en las profundidades de nosotr@s mism@s para hallar una respuesta o un motivo y para poder comprender en profundidad lo que el oráculo nos comunica.