Es ampliamente conocido que las plantas se han utilizado desde la antigüedad para el tratamiento de diferentes dolencias. Luego, la industria farmacéutica sintetizó y encapsuló propiedades habituando a la humanidad a utilizar medicamentos "de farmacia" cada vez que nos sentimos mal, con la medicina occidental como cómplice nos han inculcado que los remedios de laboratorio son más efectivos, y ojo con no consultar al médico cada vez que tenés un dolor de garganta... sin embargo... la sabiduría popular sabe más... y desde remotos tiempos el ser humano ha utilizado la función sanadora de las plantas, con más o menos reverencia, pero todos nos hemos tomado un té de yuyos para la digestión o una tisana de jengibre para combatir el resfrío. En mi caso, aún recuerdo que en mi infancia mi abuela me preparaba té de malvarosa para el resfrío y me hacía unos cataplasmas con aceite que me ponía en el pecho para el catarro. Recuerdo a mi madre con una ollita haciéndome vahos de eucaliptus para despejar las vías respiratorias, y como juntábamos hojitas y "coquitos" de eucaliptus para almacenar cuando andábamos por algún espacio donde abundaban. Recuerdo a mi abuela colgada de algún árbol de tilo, para dormir mejor, y los manojos de cedrón colgados en la cocina, cuyas hojas se usaban a diario en el mate "para que no diera acidez".
Tomando las debidas precauciones, en la naturaleza podemos encontrar mucho alivio a los malestares más cotidianos. Por ejemplo, debemos ser cuidadosos en la recolección, saber identificar bien una hierba de otra porque en caso de confusiones podemos terminar intoxicados. Cosa que no sucede si cultivamos nuestra propia huertita medicinal.
Ante un tratamiento médico químico ya iniciado conviene consultar si se puede complementar o sustituir por uno herbal (que suelen llevar más tiempo y constancia). Por ejemplo, la toma de antidepresivos no es compatible con ciertas hierbas como la valeriana... en estos casos conviene consultar a un homéopata o médico naturista, incluso con el médico que nos trata... actualmente son más abiertos a estas inquietudes y en general están mejor informados que hace un tiempo atrás.
De ninguna manera te estoy sugiriendo que no vayas al médico si te sentís mal, porque en ocasiones, no nos es posible determinar el origen de ciertos males, y mejor consultar con el que sabe... como dicen. Sin embargo hay molestias comunes que sabemos perfectamente a que se deben y no vale la pena andar deambulando por hospitales o consultorios médicos... como me dijo una doctora una vez "ir mucho al médico hace mal".
Tomando las debidas precauciones, en la naturaleza podemos encontrar mucho alivio a los malestares más cotidianos. Por ejemplo, debemos ser cuidadosos en la recolección, saber identificar bien una hierba de otra porque en caso de confusiones podemos terminar intoxicados. Cosa que no sucede si cultivamos nuestra propia huertita medicinal.
Ante un tratamiento médico químico ya iniciado conviene consultar si se puede complementar o sustituir por uno herbal (que suelen llevar más tiempo y constancia). Por ejemplo, la toma de antidepresivos no es compatible con ciertas hierbas como la valeriana... en estos casos conviene consultar a un homéopata o médico naturista, incluso con el médico que nos trata... actualmente son más abiertos a estas inquietudes y en general están mejor informados que hace un tiempo atrás.
De ninguna manera te estoy sugiriendo que no vayas al médico si te sentís mal, porque en ocasiones, no nos es posible determinar el origen de ciertos males, y mejor consultar con el que sabe... como dicen. Sin embargo hay molestias comunes que sabemos perfectamente a que se deben y no vale la pena andar deambulando por hospitales o consultorios médicos... como me dijo una doctora una vez "ir mucho al médico hace mal".
A continuación las formas más comunes de preparar medicina con hierbas:
IMPORTANTE: En todos, absolutamente TODOS los casos respetar las proporciones de la receta que estemos preparando. No debemos temer a la medicina natural, pero tampoco debemos ignorar que un mal uso de la misma nos puede traer trastornos como alergias, intoxicaciones, o en el mejor de los casos una total falta de efectividad, igualito que con los medicamentos de farmacia.
Para consumo interno:
Te o Infusión: Colocar agua hirviendo sobre las hojas y/o flores en una taza y dejarlas reposar bien tapadas, durante unos 10 minutos, colar y servir. Cuando utilizamos tallos y raíces debemos cortarlos en pedazos pequeños, luego agregar el agua hirviendo, tapar y después de veinte o treinta minutos colar y servir.
Tisana: Colocar agua a calentar, cuando está en estado de ebullición agregar las hierbas. Tapar el recipiente y dejar hervir por unos 5 minutos y retirar del fuego. Dejar otros 5 minutos bien tapado, colar y servir.
Decocción: Colocar las hojas, flores o partes tiernas en un recipiente con agua y hervir de cinco a diez minutos. Para las raíces, cáscaras y tallos, cortar en pedazos pequeños y hervir durante 15 a 30 minutos. Al sacar el recipiente del fuego se debe conservar tapado por algunos minutos (por lo menos 10). Colar y servir.
Maceración: Remojar las hierbas en agua fría según las partes empleadas de la planta el tiempo puede variar. Las flores, hojas, semillas o partes tiernas entre 10 y 12 horas; los tallos, cáscaras y raíces blandas, se pican y se dejan de 18 a 24 horas. Luego colar y servir. Este método ofrece la ventaja de que las sales minerales y las vitaminas son mejor aprovechadas. Dependiendo de la hierva este proceso puede realizarse en alcohol, o aceite.
Jugos: El jugo se obtiene triturando las plantas con un mortero (o una proceasdora), se colocan en un paño limpio y se exprime. Generalmente se toma frío, pudiéndose utilizar el jugo concentrado (tomandolo a gotas) o bien agregándole agua.
Tinturas o esencias: Estas son producto de una maceración en alcohol. Debe llenarse una botella hasta el cuello con las plantas, sin apretarlas. Luego se completa con alcohol o aguardiente (u otro licor de gran graduación como el vodka). Hay que cerrar bien la botella y dejarla unos 15 o 20 días en un lugar templado y seco (un armario es buena opción) sacudiéndolo con frecuencia. En el final de este proceso se cuela el alcohol exprimiendo bien los residuos. Se puede hacer una parte de planta (fresca o seca) y una de alcohol; o una de planta y cinco de alcohol; o una de planta y 20 de alcohol. Se guarda en frasco oscuro, fresco durante un año. El alcohol ha de ser puro, no desnaturalizado, es decir de 95º. Para tomarla se diluye en agua, antes de las comidas. No suministrar a niños.
Inhalaciones/vahos: Colocar hierbas en una olla con agua y hervir. Cuando el agua está hirviendo aprovechar el vapor aspirándolo, se debe cubrir la cabeza con una toalla o un paño.
Jarabes. Muy útil para administrar a niños, sobre todo si la planta tiene sabor desagradable. Hacerlo con azúcar rubia, mejor que con blanca aunque funciona de todas maneras. No es aconsejable su uso frecuente en caso de exceso de peso o diabetes. Primero echar encima de la planta agua caliente, por ejemplo, un estándar sería 60 gramos de la planta seca, y 750 ml de agua hirviendo, dejar enfriar durante 2 o 3 horas, se cuela exprimiéndolo con fuerza y se hierve con 500 gramos de azúcar aproximadamente, hasta que al levantar la cuchara quede una hebra en forma de hilo que no se rompe. Se guarda en frasco de cristal en la heladera donde aguantara varios meses.
Para aplicaciones externas:
Baños: Las plantas medicinales no solo se ingieren, también se aplican externamente. Nos estamos refiriendo a los baños calientes, baños fríos, baños de asiento, baños de tronco, baños vitales y baños de vapor.
Hierbas frescas: Aplicar directamente a la parte dolorida, hinchada o herida.
Hierbas secas: en saquitos, frías o calientes; según el caso, usar para calambres, neuralgias, etc.
Pastas Medicinales: En la preparación de las pastas no se deben usar cucharas de metal oxidable, ya que, pueden provocar envenenamiento si permanecen mucho tiempo en la masa.
Preparación: Macerar las plantas, formando una pasta que se coloca sobre la afección, directamente o entre dos paños. Cuando no se tiene hierbas frescas para este fin, usar hierbas secas. En este caso, echar agua hirviendo sobre las hierbas, en la cantidad necesaria para formar una pasta. Las cataplasmas tienen efecto calmante sobre: hinchazones, neuralgias, contusiones, reumatismo, inflamaciones, furúnculos, etc.